Un naranjo nunca dará limones, un pobre nunca creará riqueza y un rico nunca será pobre. “Lo invisible crea lo visible” Tu mundo interior crea tu mundo exterior. Nuestra mente determina nuestras acciones. Las acciones crean nuestros resultados. El éxito tiene el tamaño de tu mente. Tu prosperidad crece hasta donde crezcas tú. La victoria social precede a la victoria personal.
Se conocen dos leyes llamadas “naturales”, la primera es la famosa: “Causa-Efecto” y la segunda: “La teoría del caos“. Consciente o inconscientemente uno puede regirse por una u otra, la teoría del caos dice que no podemos controlar nada, por lo tanto, para que esforzarse en intentar cambiar algo de nuestra vida si en realidad no podríamos y sería totalmente imposible, porque no tenemos el control del destino. Personalmente, me gusta pensar que algo puedo llegar a controlar, aunque así sea algo mínimo, entonces pienso en desarrollar mis capacidades para mejorar utilizando la otra ley: “Causa-Efecto”.
La ley “Causa-Efecto” generalmente determina todo lo que sucede en nuestras vidas, por más que no la aceptemos, no la entendamos bien o no estemos del todo de acuerdo.
Esta ley dice que cada “acción” se manifiesta en una “reacción“.
Cuando hacemos algo, obtenemos algo. Cuando no hacemos nada, no obtenemos nada.
Todo lo que hemos hecho hasta hoy, nos condujo hasta donde estamos ahora. Debemos reconocer que nuestras acciones nos han determinado lo que tenemos hasta ahora, y que lo que hagamos en el futuro determinará lo que tendremos.
Debemos fluir hacia nuestro crecimiento personal y no caer en el estancamiento, la ansiedad o el aburrimiento. Como podemos ver en el siguiente gráfico de Mihály Csikszentmihalyi debemos aumentar nuestras habilidades y luego asumir nuevos desafíos para ir avanzando en nuestro canal de flujo de crecimiento para obtener éxito, prosperidad y felicidad.
Para lograr la prosperidad y la libertad financiera debemos hacer lo mismo que han hecho aquellas personas que ya la han alcanzado. Debemos hacer las mismas acciones para tener los mismos resultados. Para poder realizar esas acciones debemos pensar como piensan esas personas, y de este modo, nuestra mente nos conducirá inconscientemente a tomar esas “acciones” de éxito que nos llevaran hacia nuestras metas.
Para pensar como las personas “prosperas” debemos identificarlas y luego conocerlas, analizar como piensan, en que piensan, que hacen, en que ocupan su tiempo, etc. Podemos leer biografías de aquellas personas “exitosas” para conocer su forma de pensar, de proceder, y finalmente de lograr obtener lo que queremos. Aprenderemos nuevos caminos hacia el éxito y al mismo tiempo, recibiremos una importante carga de motivación, necesaria para poder cambiar nuestra brújula, apuntar hacia nuestra meta y avanzar solo en esa dirección sin distraernos en el camino.
Debemos identificar cada obstáculo y saber que hacer con él. Se trata de reconocer que es un “problema” siempre que no sepamos como solucionarlo. Una vez que sabemos solucionar algo ya no lo consideramos un “problema”. En realidad los problemas no existen, solo existimos nosotros y nuestra capacidad nos determina si para nosotros una determinada situación es un problema o no. Estamos hablando de “nuestra capacidad” para resolver las cosas. Debemos crecer y poder resolver la mayor cantidad de circunstancias que aparezcan en nuestra vida mientras vamos hacia nuestra meta.